Estudié en Torino unos años, pero me di cuenta de lo poco que la conozco solo hace unos meses, cuando Alex y yo encontramos un señor americano en una cafetería y empezamos a charlar. Había visitado Torino más que una vez, la adoraba y la conocía incluso mejor que yo. Así que cuando volvimos a Italia hace unas semanas, tenía una misión: visitar Torino con ojos de turista y conocerla mejor.
Tenía esta idea romántica de que viajar con niños puede ser rápido como viajar solo Alex y yo. No es así! La verdad es que esta vez mi misión era imposible. Viajar con un niño pequeño es lento e impredecible.
Pero he descubierto que si te dejas guiar por el niño, puede también ser divertido, bonito y relajado—sin esa prisa de cuando tenemos que visitar todo y si tenemos solo 30 minutos más quizás podamos todavía llegar a “ese museo”.
Así que esta visita a Torino no fue tan llena de acción como la había imaginado, pero sin embargo maravillosa.
Museo del cinema en La Mole
Llegamos sobre las 11:00, aparcamos en el nuevo parking subterráneo debajo de Piazza San Carlo (17€ 9 horas, pero valió la pena) y nos dirigimos enseguida hacia La Mole. Greg es un director cinematográfico (mi nuevo personaje es incluso cool!)—y muy bueno, échale un vistazo!—y sabía que entre todos los museos, habría disfrutado más el del cinema. Así que decidimos ir allí y visitarlo con tranquilidad.
Nos encantó: si nunca estuviste, la próxima vez que estás en Torino, debes ir! Oliver correteaba por todo lado, miraba, tocaba, se tiraba al suelo, se hipnotizaba con las imágenes, flirteaba con las “signorine”…
… y antes que nos diéramos cuenta, eran las 15:00 horas y nuestras barrigas murmullaban!
Almuerzo en Torino
Así que volvimos a La Mole, donde nos comimos una piadina en la Piadineria La Piê: Oliver ha probado y aprobado todas nuestras piadine y también se comió un plato gigante de prosciutto cotto que el dueño le dio durante la espera. Y fue más barato de lo que me esperaba delante de La Mole: cuatro piadine, dos porciones de patate fritte y una botella de vino rosso, 50€.
Ascensor panorámico en La Mole
El museo tenía un cambiador en los aseos (que utilizamos dos veces!), pero me sorprendió que no tenía ni una rampa para entrar y salir. ¿O no la vimos?
Giardini Reali
Pero si tengo que decir la verdad, no nos interesaban mucho los jardines: Oliver estaba dormido en el carrito, nosotros cuatro nos lo estábamos pasando fenomenal y la vida era bella.
Miagola Café
No me lo creo que no sacamos ni una foto! :-(
La vuelta
Me encantó cada momento!