Siempre hizo todo temprano, pero en su propio tiempo. Es un observador, de los que en el parque de juego tardan un año en decidirse a bajar por el tobogán.
Lo llamamos ojo de águila, porque nota los detalles más pequeños y encuentra todos los animales en la naturaleza.
A los 2 años entendió de dónde viene la carne y desde ese día no la ha vuelto a comerla porque "no me gusta matar animales".
Adora el snorkeling y puede caminar durante horas por las montañas.
Es muy sensible, bastante lunático, extremadamente generoso, tiene mucha empatía, habla con acentos divertidos y está aprendiendo a controlar a su cocodrilo.
Cumplió 5 años en Nueva Zelanda.