El juego 5-4-3-2-1 para gestionar las emociones

Cuando siento que la ansiedad se apodera de mí, paro y, aunque no pueda sentarme, respiro y hago al juego del 5-4-3-2-1.

Observo el entorno que me rodea y noto:

Las digo en voz alta o en mi cabeza, pero no dejo que nadie me distraiga de este ejercicio. Uso mis sentidos para detener mi mente del torbellino en el que ha entrado y traerla de vuelta al momento presente.

También hago este juego con los niños, para ayudarlos a superar ese momento en que su cerebro reptil toma las riendas y llegar a su cerebro racional. A estas alturas, Oliver y Emily saben que les ayuda y me sigue: al final del juego su cerebro suele estar tranquilo y receptivo y podemos hablar y resolver el problema/conflicto.

A menudo subestimamos los 5 sentidos, pero son herramientas efectivas y siempre disponibles para anclar la mente a la realidad. Podemos jugar este juego 1, 2, 3 veces, tantas veces como necesitemos para sentir que nos estamos calmando y procesando las emociones de manera constructiva.

Si damos a nuestros hijos las herramientas para gestionar sus emociones, criamos adultos equilibrados que no se dejan dominar por esas emociones. El mundo necesita desesperadamente a estos adultos.

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