¿Cómo lo tomaron los niños? (Estamos vendiendo todo para viajar por el mundo)

Esta es probablemente la pregunta más común que estoy recibiendo.

Es probable que Emily (2 años) aún no lo entienda, quizás cuando nos vayamos, en seis meses, será un poco más grande y entenderá un poco mejor.

Oliver (3.5 años), por otro lado, está literalmente tocando el cielo con la punta de los dedos, no habla de otra cosa. Este niño es un viajero! Le encantó pasar el verano 2018 en Canadá… y si cree que los niños pequeños no recuerdan las cosas, ¡estás equivocado! (Yo también lo pensaba)

Ahora, después de cuatro meses, Oliver sigue hablando mucho sobre Canadá (lo pronuncia CaDAna :-D) y sobre lo que vimos e hicimos allí, y su maestra me contó que hace lo mismo en el colegio: cuando leen libros o hablan sobre algo que le recuerda Canadá, cuenta pequeñas anécdotas: “Cuando estuve en Cadana, …”.

Y a veces nos sorprende con pequeños detalles y recuerdos. Recientemente pasamos una noche en una casa de campo que tenía una chimenea, y Oliver dijo: “¡Necesitamos malvaviscos!”. Lo sorprendente es que comimos malvaviscos solo UNA vez en Canadá, cuando nos acampamos en el Parque Omega, y nunca volvimos a hablar de ello.

Y ahora repite casi cada día que quiere ir a África (pronto tendré que darle la noticia de que lo más probable es que vayamos antes a Asia… ;-)

No fuimos a África, pero por otro lado vivimos con monos en Singapur, pasamos un día en Chiang Mai con elefantes, vivimos en una isla virgen en Tailandia, nadamos con tortugas en Bali, vimos orangutanes en Malasia y gibones en Vietnam… sin mencionar todas las maravillosas aves de Nueva Zelanda, que ahora conocemos muy bien.

Los niños son tranquilos, curiosos, emprendedores, independientes, felices de una felicidad genuina que cuando los miro pienso "¡Acertaste con esta elección!".